26 noviembre, 2017

Buenas tardes!! Hoy comparto con vosotros un pequeño fragmento de un texto que rescato del baúl de los recuerdos, y que se remonta a febrero del 2012, pero no sé, ayer lo encontré y me gusto mucho volver a leerlo. 
Sin mucho más que decir, salvo que gracias por dedicarme unos minutos de vuestro tiempo.


"Parece increíble , pero hoy me he dado cuenta de cómo el ritmo de vida que llevamos hace que obviemos detalles que podrían sacarnos una sonrisa así, sin mas y alegrarnos el día y sinceramente me da un poco de lastima que se pierdan esas pequeñas cosas, porque la felicidad se basa también en pequeños detalles...

Mientras esperamos en la cafetería a la que acudimos cada día después de comer, a que nos sirvan el café con leche, solemos comentar los cotilleos de cualquier revista del corazón; unos minutos después, la dueña – una señora de edad algo avanzada, vestida siempre de negro, alta, rubia y con un cierto aire ingles- se acerca amablemente hacia nosotros con los cafés recién hechos, humeantes y los coloca con cuidado en la pequeña mesa cuadrada, acompañándolos con unas galleta de chocolate y unos caramelos (cada día nos sorprende con un dulce diferente). Todo parecía ser como de costumbre salvo por un pequeño detalle:
El azúcar; hoy era diferente y os preguntareis por qué...

Pues bien, podréis pensar que se trata de una tontería o simplemente que esté chiflada, pero lo normal para mí es que, sea cual sea la cafetería a la que acuda, me sirvan el azúcar en sobrecitos, y que en mi casa el azúcar sea en grano...para servir a cucharaditas; por eso cuando hoy con el café en lugar de un sobre, nos pusieron dos terrones de azúcar... mi cara se ilumino especialmente...

  • Terrones de azúcar¡¡¡¡¡¡
  • No sé que voy a hacer contigo, de verdad...cada día estas peor- me dijo extrañado y sorprendido
  • Porque?? A ver, cuanto hace que no ves un terrón de azúcar, que no te sirven el azúcar así... años!! Dije, mientras sonreía...a la vez que recordaba cómo de pequeña acostumbraba a comerlos como si de un caramelo se tratase..
  • De verdad que eres especial, nadie se fija en eso... eres como los personajes de las películas y notas que son especiales...diferente al resto.-Respondió mirándome fijamente

[...]

Acto seguido hubo un pequeño silencio después del cual volvimos a sumergirnos en los cotilleos de la revista que teníamos entre manos, mientras que bebíamos el café, que para mí hoy estaba especialmente dulce y delicioso.

Llego la hora de volver a la rutina. Nos levantamos de la mesa para ponernos los abrigos-estos días vamos especialmente abrigados, bufandas, guantes, gorros...y nos despedimos de la dueña del bar que nos devolvió el saludo con una amplia sonrisa y una “hasta mañana” muy amable.

-Bueno, habrá que trabajar un poco...- dijo con resignación sabiendo que le esperaba una tarde de duro trabajo en la oficina
Yo lo mire con una sonrisa como intentando darle fuerzas, me acerque lentamente y le di un beso de despedida.
  • Por la noche te llamo y hablamos. ¡Hasta luego!
  • ¡Adiós vida, que tengas buena tarde!
Entre en mi coche, un pequeño coche azul que a pesar de los años y de que no lo cuide lo suficiente en lo que se refiere a la estética, aún conserva ese aire deportivo y fresco.
Arranque el motor, sintonice en la radio la emisora que acostumbro a escuchar últimamente, y puse rumbo a casa.
Durante el pequeño trayecto no pude evitar acordarme de los terrones de azúcar.... una gran sonrisa se dibujo de nuevo en mi rostro...."


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja un comentario